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La pérdida de un ser querido es un hecho doloroso que afecta a las vidas de las personas cercanas. Atravesar y superar el duelo resulta complicado para cualquier adulto, pero también es difícil para los niños. A continuación encontrarás información que te ayudará a gestionar con los más pequeños el duelo por la muerte de un familiar.
Cómo decirle a un niño que ha muerto un familiar
María Diaz, psicóloga especializada en el ámbito infantil y juvenil, da varios consejos y pautas para comunicarle a un niño el fallecimiento de un ser querido:
- Elige el momento y el lugar adecuados: busca una ocasión en la que estéis tranquilos, sin prisas, en una localización conocida por el pequeño y con el menor número de personas posible.
- Cuéntaselo en cuanto puedas: el niño debe recibir la noticia lo antes posible para evitar la incertidumbre y sus posibles consecuencias negativas.
- Valora el nivel de confianza: lo ideal es que el responsable de dar la noticia al niño sea una persona de su confianza, cercana y que lo conozca bien.
- Usa un lenguaje acorde a su edad: no es lo mismo comunicarle la muerte de un familiar a un niño muy pequeño que a uno mayor que ya entiende el funcionamiento del cuerpo humano y puede exigir explicaciones más complejas.
- Evita mentir o hacer promesas que no vayas a cumplir: tus palabras deben ser sinceras y brindar seguridad.
- No le hagas reprimir los sentimientos: no pronuncies frases como "no llores" o "tienes que ser fuerte". Tampoco trates de distraerlo o de huir de las emociones que genera un fallecimiento.
- Escucha su respuesta e intenta empatizar: es normal que un niño reaccione con comentarios y preguntas egocéntricas. Debes tratar de resolver sus dudas.
- Ten cuidado con el sentimiento del culpa: si procede, debes dejar claro que lo que el pequeño haya podido hacer no ha influido en la muerte del familiar.
- Déjale participar en el funeral si lo desea: la experta reconoce que es un tema controvertido, pero señala que se debe permitir a los niños formar parte de los distintos rituales funerarios si ellos así lo quieren.
Las fases que pueden pasar los niños por la muerte de un familiar
Psise, empresa dedicada a la psicología clínica, recoge las teorías del psicoanalista John Bowlby, reconocido por sus trabajos sobre el desarrollo infantil y el apego. Él distingue cuatro fases del duelo en los niños tras la muerte de un familiar cercano o un ser querido:
- Entumecimiento o shock: es una etapa en la que se presenta una fuerte desesperación, negación y no aceptación de lo ocurrido.
- Anhelo y búsqueda: el pequeño añora a la persona fallecida, piensa en su ausencia y siente nostalgia y melancolía. También puede pasar por períodos de apatía, indiferencia y agitación.
- Desorganización y desesperanza: el niño empieza a asumir la realidad y perder la esperanza de que el familiar regrese. Son frecuentes los recuerdos del fallecido.
- Reorganización: el niño comienza a experimentar una mejora en su día a día y a dejar atrás los aspectos más incapacitantes del duelo. Se ve más capaz de lidiar con sus emociones y puede notar cómo se combinan la alegría y la tristeza.
Consejos para ayudar a los niños en el duelo
Beatriz Pérez es educadora social y directora de Va de Cuentos, una asociación para la promoción del acompañamiento emocional y la literatura infantil. En el podcast del Club de Malasmadres, explica cómo ayudar a los niños en el duelo, dando consejos y exponiendo varios hechos relacionados con el tema:
- No reprimas tus sentimientos: la experta destaca que, por norma general, un niño no tiene experiencia con el duelo, por lo que lo gestionará viendo cómo lo hacen los adultos más cercanos, a quienes considera modelos a seguir. "Si pierdes a un ser querido y no lloras, no expresas que estás triste y no comunicas cómo estás, va a entender que eso es lo normal", señala.
- Habla sobre tu tristeza: abordar de manera abierta cómo te encuentras aporta información al niño, contribuyendo a que descubra qué puede hacer para superar un hecho tan traumático como un fallecimiento.
- Averigua qué necesita el niño y atiende a sus peticiones: Pérez pone como ejemplo una situación en la que el niño pide algo que su progenitor no le deja hacer habitualmente e indica que debe permitírselo, ya que le puede venir bien. Después resalta que en la infancia no se dispone de recursos para enfrentarse a la muerte: "No pueden decidir sobre qué quieren hacer, están controlados por la rutina".
- Normaliza la conversación: debes cubrir la necesidad que el niño tenga de hablar de la muerte de manera natural y transmitirle que no significa el olvido de una persona, algo que los más pequeños temen.